¿Quieres bajar de peso?

“Come menos, ejercita más” Ésa es la receta para perder peso, y todos lo sabemos de memoria. Entonces, si deseas adelgazar y tienes la fórmula, ¿qué te detiene? Aquí encontrarás todos los tips para hacer el camino más fácil y, también, la motivación que te hace falta. ¡Ya no hay excusas!

Hay muchísima información relacionada con alternativas para “perder peso”, prendemos la televisión, escuchamos radio, agarramos una revista o al meternos en Internet, por algún lado siempre nos están ofreciendo ejercicios, dietas y trucos con la promesa de perder esos kilitos de más, recuperar la figura u obtener el cuerpo perfecto. Vemos como una semana está de moda la dieta de las proteínas y la semana siguiente el ‘boom’ está en los regímenes ‘gluten-free’.

Con tanta información a veces no sabemos qué hacer. Lo importante es que a pesar del bombardeo la motivación no se desvanezca y encontremos nuestro propio camino para lograr el objetivo. Debemos conseguir un método que nos funcione y que se adapte a nuestro estilo de vida.

Por eso aquí no te vamos a hablar de la última dieta, ni del ejercicio que está causando furor, aquí lo que pretendemos es motivarte y darte las herramientas para el éxito en materia de adelgazamiento. Para empezar, el compromiso no solo es importante, es esencial, pero eso es solo el comienzo.

Debemos hacer un puente entre lo que quieres hacer y lo que en realidad terminas haciendo, y conseguir un plan. Se recomienda primero que nada concretar un objetivo específico y real. ¿Cuánto queremos adelgazar? Cuando uno concreta por ejemplo: “me quiero quitar ‘10’ kilos” el cerebro comienza a hilar recursos, pone toda su atención en ello. Seguido de esto hay que crear un plan alimenticio que nos funcione.

No basta con copiar el que está haciendo nuestro amigo, lo que le funcionó de maravilla a nuestra prima, ni el que oíste por televisión. Lo ideal es armar un plan con ayuda de un especialista que se enfoque en tus debilidades y tus fortalezas. Una vez comenzado debes llevar registro de cada logro obtenido para ir haciendo un seguimiento: pesarse cada cierto tiempo, anotar en un calendario los días que hacemos ejercicio, las calorías quemadas, entre otras cosas.

Pero ojo, no te enfoques solo en los logros obtenidos, también debes mantener en tu mente lo que te falta por obtener, es decir, si queremos perder 10 kilos y ya rebajamos dos, no te enfoques en esos dos kilos, piensa siempre en los ocho que faltan. Esos tips son importantes para empezar… pero qué sucede cuando después de un tiempo de poner en marcha la dieta la balanza se niega a moverse y por más calorías que cortemos y ejercicio que hagamos no notamos ni un solo cambio. Ante tal panorama es probable que estés haciendo algo mal. Los culpables son los pequeños hábitos del día a día que muchos creen que no tienen conexión con el peso, pero que en realidad son saboteadores a la hora de intentar adelgazar.

Por ejemplo, algo curioso sucede cuando decidimos comenzar una dieta. Con solo pensar que nuestra comida es ‘ligera’ el cerebro segrega más ghrelina, la hormona del apetito, haciéndonos sentir automáticamente menos llenos y retardando el metabolismo. Para mantener balanceada la ghrelina debes enfocarte en las partes indulgentes de tu comida, por ejemplo las nueces y el queso de tu ensalada, en lugar de la lechuga.

También se vuelve contraproducente pensar demasiado en lo que vamos a hacer de ejercicio, ya que esto nos hace comer hasta un 50% más. La razón es que las personas asumen que el ejercicio les da licencia para comer más. Hay que evitar los ‘snacks’ antes o después de ir al gimnasio. Sin embargo, así como hay malos hábitos, también hay truquitos sencillos que puedes incluir en tu día a día para que actúen a favor y nunca en contra de tu plan de perder peso.

10 hábitos para perder kilos de más

Los expertos coinciden en que hacer pequeños cambios en tu día a día es la mejor forma de perder peso. Aquí te mencionamos algunas de ellas:

1. Piensa en ‘flaco’. ¿Te consideras una persona gorda? Piénsalo dos veces ya que según un estudio publicado por el ‘Journal of Obesity’ se demostró que aquellas mujeres con contextura normal que se percibían como gordas tenían más probabilidad de convertirse en obesas. Es cierto que tener una mala percepción de tu cuerpo puede motivarte a acudir siempre al gimnasio, sin embargo todo el ejercicio del mundo no le gana a los efectos negativos que tiene la autoestima. El estrés psicológico logra hacerte ganar gramos sobre todo en el área abdominal.

2. En la variedad no está el gusto. Cuando asistimos a un nutricionista lo primero que chequeamos cuando nos entregan el nuevo régimen son cuántas opciones de desayuno, de almuerzo y de cenas tenemos. Buscamos variedad para no cansarnos de alimentos que quizás nos resultan insípidos y poco atractivos. Sin embargo esto deberíamos pensarlo dos veces. Un tip ideal para perder peso es dejar de divagar y atenernos a la opción ligera que más nos gusta, no con todas las comidas del día, pero al menos tratar de hacerlo con el desayuno. Un reciente estudio demuestra que las personas que hacían la misma comida por cinco días seguidos comían menos que aquellos que la variaban a diario.

3. @twye: Reporta lo que comes por Twitter. ‘Tweet What You Eat’ es un diario de comidas ‘online’ que permite que muchas personas se enteren de lo que has comido. Esta idea fue creada considerando que hay momentos en que se nos hace mucho más fácil no comernos algo que nos tienta cuando sabemos que el resto del mundo se va a enterar. Publicar también el número de gramos que has perdido es una buena forma de ayudarte. Investigadores de la Universidad de Arizona revelaron que las mujeres que revelaban sus victorias semanalmente lograban rebajar más rápido que aquellas que se lo mantenían callado.

4. Con quién y en dónde. Aunque no lo creas la manera en la que comes puede influenciar tu peso, por ejemplo cuando comes sin compañía tiendes a comer hasta tres veces más de lo normal. Si tu meta es bajar de peso debes procurar hacerlo en frente de más personas. Comer en frente de la nevera también trae malas consecuencias, ya que tener al alcance de la mano cualquier alimento extra puede hacerte que descuides las porciones correctas. Otro caso sucede con aquellos adictos al trabajo que les toca hacer una grieta en su agenda para comer y lo terminan haciendo frente a la computadora, sin prestar siquiera atención a cada bocado que se están comiendo, de pronto el plato está vacío y su mente no ha asimilado todo lo que en realidad comió.

5. Condiciones de los antojos emocionales.

Muchas personas sueñan con un rico helado de chocolate después de pasar un mal día. Esto sucede porque la sola sensación del cremoso helado en tu boca ya te hace sentir feliz. La buena noticia es que puedes complacer antojos sin que esto se convierta en un problema en la balanza, pero hay ciertas reglas que cumplir: antes de abrir ese paquete de galletas con chips de chocolate hazte esta pregunta” ¿Realmente esto es lo que más quiero comer en este momento? Si eliges comer algo que en realidad no es lo que más te provoca es probable que al rato quieras comer algo más. Eso mismo sucede cuando eliges comer la versión ‘light’ de tu antojo o acompañarlo con algo más, esto hace que nuestro propósito se desvanezca y el placer no se satisfaga. Por otro lado, cuando decidas ir por un antojo, hazlo sin distracciones y simplemente disfruta de ello, haz que tu cerebro asimile lo que está sucediendo y así te saciarás más rápido. Por último, no caigas en ningún antojo con el estómago vacío. Muchas personas se saltan comidas solo para poder comerse el postre, esto hace que se suban los niveles de azúcar en la sangre, al segundo bajen y vuelvan a subir exigiéndote más dulce.

6. Involucra a tus amistades en tu estilo de vida. Según investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Loyola en Chicago, nuestros amigos pueden influir en nuestro peso: si tenemos amigos más gordos que nosotros lo más probable es que nosotros subamos de peso. El estudio realizado involucró a más de 1800 adolescentes y se demostró que aquellos jóvenes que estaban en el límite entre delgadez y sobrepeso con amigos delgados tienen 40% más probabilidades de disminuir su índice de masa corporal. Así que, procura convencer a tus amigos pasados de peso que te acompañen en la dieta o rodéate de aquellos que sirvan de buena influencia.

7. Busca la manera de quemar más calorías. La mayoría de las personas pasa gran parte del día sentado, lo cual dificulta el impulso del metabolismo y la quema de calorías. Sin embargo hay ciertos trucos para quemar calorías extras mientras vamos sentados en el autobús, en el trabajo o viendo televisión. La primera que te recomendamos es: ¡Reírte! Está demostrado que al reír por 10 a 15 minutos quemamos 40 calorías. Otro tip, haz que bajen la temperatura del aire acondicionado, o hidrátate con agua acompañada por hielo, ya que el cuerpo utiliza más energía al tratar de mantenerse caliente. Proponte caminar cada cierto tiempo, si estás en el trabajo no envíes correos a tus compañeros, ve hasta el puesto de cada uno para dar los mensajes. Y lo más sencillo de todo, cada hora ponte de pie y estírate, con esto logramos impulsar nuestro metabolismo hasta un 13%, según investigadores del American Journal of Clinical Nutrition.

8. Dormir, dormir y más dormir. Muchos deben de pensar que mientras más tiempo pasan despiertos más calorías pueden quemar. La verdad es que mientras más duermes más rápido se vuelve tu metabolismo. Un estudio realizado también por el American Journal of Clinical Nutrition demostró que las mujeres que dormían menos de cuatro horas al día se comían 300 calorías de más y 21 gramos de grasa de más al día siguiente.

9. Come menos engañando a tu paladar. Si buscas recortar porciones, aquí van algunos tips sencillos para hacerlos: utiliza cubiertos grandes, ya que las personas que lo hacen tienden a comer menos porque se crea un sentimiento de que han comido bastante. Trata de comer en platos azules, estudios sugieren que este color te hace requerir de menos alimentos. También busca que el color del plato y de la comida contrasten porque utilizar platos del mismo color da la ilusión de que hay menos comida servida y por lo tanto querrán consumir más. Finalmente, disfruta de tu comida sin distracciones. Aliméntate en un espacio ordenado, sin la compañía de la televisión o la radio encendida, así lograrás sentirte saciado más rápido.

10. Aprovecha las Apps de tu teléfono inteligente. Existen más de 11 mil aplicaciones que ayudan a perder peso. Algunas de ellas son sumamente innovadoras, por ejemplo ‘DietSnaps’ es un diario de comidas como el de Twitter, pero en donde debes subir fotos de cada comida; ‘My Fitness Pal’ y ‘Fooducate’ son aplicaciones en donde puedes escanear los códigos de barras de cada comida y te indican qué tan saludable y ligero son; ‘All-In Fitness’ te permite crear entrenamientos eficientes diariamente según la zona de músculos que quieras entrenar cada día, puedes llevar un registro del ejercicio realizado cada día, de tus medidas y hasta de tus comidas; y para aquellos que piensan que lo más complicado de un régimen es descartar los carbohidratos, la aplicación ‘The CarbLovers Diet’ ofrece las más ricas recetas con carbohidratos que te ayudan a bajar de peso.


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