La enfermedad y la salud. Entrevista al Dr. Ruediger Dahlke




La salud reside en vivir en concordancia con los deseos del alma. No existen diferentes enfermedades sino una diversidad de síntomas con un sentido profundo: transmiten mensajes espirituales y conflictos psíquicos no resueltos. La capacidad de recuperación depende de su adecuada interpretación.

La salud nunca puede ser algo exterior, ni tampoco depender absolutamente de causas externas, sino que se experimenta en el interior del ser humano. Por tanto, es ahí donde hemos de dirigirnos para encontrarla, estimulando pensamientos y sensaciones que vienen demostrando su validez desde hace siglos. En la búsqueda del origen y causas de la salud, el médico y terapeuta Ruediger Dahlke utiliza su experiencia médica en toda su extensión, sin diferenciar entre ciencia moderna o antiguos caminos, entre síntomas físicos o anímicos. “Durante mis años de estudiante y trabajador en hospitales sólo oía hablar de enfermedades contagiosas, pero a mí me interesa muchísimo más la “salud contagiosa” que surge del ser humano y que reside en la sabiduría de nuestra alma”.

Pregunta: ¿En qué consiste la salud?

 


Ruediger Dahlke: El estado de salud no se puede alcanzar del todo porque no es una meta inamovible, de la misma manera que nada que es auténtico permanece quieto, todo fluye. Sin embargo, todo flujo contiene un ritmo, y lo importante es que cada cual encuentre el suyo. Cada persona es diferente, por lo tanto no existen reglas generales para todo el mundo. Es importante escucharse, y ahí encontrarás las leyes de la vida y de la salud. De todas formas, podemos observar si nos alimentamos y nos movemos como un ser humano, sin voracidad y discriminando lo que nos conviene de lo que no, teniendo en cuenta que en diferentes momentos y en diferentes etapas lo que nos conviene puede variar.

 

¿Existen algunas reglas a tener en cuenta, aunque sean de forma provisional?

 

Hay tres reglas especialmente importantes:
1. Encuentra tu verdadera esencia y deja que florezca:
2. Sé consciente de tus miedos, y
3. No sigas estando sujeto a normas o principios que ya no te aportan nada.

 

¿Cómo actúa el miedo?

 

Te impide liberarte y fluir con la corriente de la vida. El miedo exige continuamente reglas con las cuales poder atormentarte. Pero gracias a la ley de la polaridad (una de las dos leyes globales de la vida, junto con la ley de la atracción), el miedo lleva también implícita la solución. Puedes cambiar las tornas: encamínate hacia tu miedo  y verás como te conduce a tu verdadera esencia. Casi siempre lo que más miedo te da es lo que te fascina y te maravilla -si decides encararlo-, lo que te supone un desafío. Si es así, eso es lo que  tienes que seguir; pero cuidado, no dejes que se convierta en una rutina. Todas las cosas, y sus reglas, tienen su tiempo. Cuando las reglas empiezan a obstaculizar el fluir de la vida, y en lugar de fomentar el crecimiento lo que haces es ponerle trabas, entonces es el momento de darles  las gracias y soltarlas, para evitar así la enfermedad y seguir manteniendo la verdadera salud.

 

Nos has hablado dos de las reglas: afrontar los miedos y abandonar las reglas que ya no sirven. ¿Pero qué pasa con la primera y más importante? ¿Cómo encontrar la verdadera esencia?

 

Es mucho más fácil de lo que crees. En realidad no necesitas buscarlo porque está en el interior y siempre lo ha estado. Pregúntate quién eres. Tu camino no tiene que ser el adecuado para los demás. Es mejor cometer los propios errores  que vivir las virtudes de otras personas. Esas personas que hacen lo que se supone que se debe hacer o que viven los proyectos de otras (sus padres, su pareja, etc.) descuidan su propio camino y se alejan cada vez más de sí mismas, y no es extraño que empiecen a aparecer síntomas de malestar o, como se denomina comúnmente, “enfermedades”. Estas enfermedades obligan a dar marcha atrás, o incluso a volver a empezar, puesto que eso es lo que la enfermedad está intentando decirte. No existe salud real y completa cuando no se está viviendo la propia vida.

 

Pero la salud también es un tema que hay que plantear desde el plano físico. ¿Cómo tratar al cuerpo para un estado de salud satisfactorio?

 

Como decía santa Teresa de Ávila, debemos ser buenos con el cuerpo par que el alma se sienta a gusto con él. Como decía anteriormente, basta con tratarle de una manera racional, con amor, y saber escucharle. Un cuerpo sano es una oportunidad maravillosa para crecer de forma libre y voluntaria, pero un cuerpo enfermo obliga al alma a aprender. También un cuerpo aquejado de síntomas de malestar es una buena base para el alma, para que ésta aprenda sus lecciones y acumule experiencias.  Así que todo está interrelacionado y no podemos separar una cosa de la otra. Es bueno ocuparse de los escalones superiores de la jerarquía, pero sin olvidarse de la base.
Leyes globales de la vida:
1.      Ley de la polaridad. Todo tiene su polo contrario u opuesto. Ambos polos están relacionados y juntos forman la unidad. Ej: El miedo que te mantiene alejado de alguna cosa, si te decides a afrontarlo te acercará a tu verdadera esencia.
2.      Ley de la atracción. Allí donde ya existe algo es más fácil que llegue más de lo mismo. Cada persona recibe lo que atrae; cada uno está preparado para lo que le ocurre. Ej: todo el mundo está rodeado de las personas que ha escogido.
 
Si quieres cambiar tu realidad tienes que cambiarte a ti mismo.

 

“Los arquetipos te ayudan a conocer tu propia naturaleza”


¿Qué significado y qué función tienen los arquetipos femeninos para la mujer del siglo XXI?

Estos arquetipos les ofrecen a las mujeres la oportunidad de seguir otros caminos sin el miedo a equivocarse, ya que responden a otros esquemas perfectamente definidos y comprendidos.
En nuestro entorno cultural judeo-cristiano las mujeres no lo han tenido fácil en los dos últimos milenios, porque el arquetipo y modelo más importante no podía cumplirse: la madre virgen. En esta paradoja (cuando se exige a una persona ser virgen y fértil), da igual lo que se haga, porque siempre estará mal hecho. Un estado que apenas puede soportarse y puede llevar a alguien a la locura. Otros arquetipos eran: Eva, la maligna tentadora; la cruel, independiente, Lilith o la seductora Salomé.

Arquetipos femeninos

 


  1. Artemisa-Diana: Representa la indomabilidad de la naturaleza. La mujer Artemisa está muy segura de sí misma y defiende su libertad e independencia. Se encuentra mucho más satisfecha en la vida profesional que en su rol de esposa y madre.
  2. Palas Atenea-Minerva: Nació sin la intervención de una mujer. Surgió de la cabeza de Zeus después de que éste matara a su madre, Metis. Representa la sabiduría e inteligencia aplicada a lo práctico. Dirigen empresas y organizan grandes proyectos de ámbito social. Debe aprender a reconocer su parte femenina.
  3. Hera-Juno: La gran Diosa venerada por su esposo Zeus, que luego tiene muchas amantes, lo que continuamente enfurece a Hera.  La mujer Hera necesita a un compañero a su lado y a menudo recurre a hombres inmaduros e infieles.
  4. Deméter-Ceres: Diosa de las cosechas y de la alimentación, siente veneración por su hija Perséfone. Prototipo de la mujer madre.
  5. Perséfone-Coré: La niña mimada, adaptable y pasiva. La mujer Perséfone es una soñadora y vive más en la fantasía que en el mundo real porque su madre, y luego su compañero, lo hacen todo por ella. Descarga en otros los deberes y responsabilidades de su vida.
  6. Afrodita-Venus: La diosa de la naturaleza floreciente y el amor feliz. La mujer Afrodita está enamorada del amor; sensual y orientada al goce, atrae, seduce y es fácilmente seducible.
  7. Hestia-Vesta: Diosa del hogar interior, renuncia a todos los enredos del mundo, conservando así su propia paz y pureza. El problema es que esta tranquila moderación en la mujer Hestia puede ocultar una carencia o represión de iniciativas y de la toma de conciencia de unas metas.
  8. Hécate. Diosa triple, del cielo, la tierra y los infiernos. Una gran maga protectora de las comadronas y las herboristas sabias. Protectora de las odiseas del alma: crisis, depresiones… La mujer Hécate renuncia a una visión del mundo hipócrita y falsamente armónica.

“El cuerpo siempre acaba sufriendo lo que nos negamos a vivir conscientemente”.

¿Cuáles son las “heridas” de lo femenino?
En el contexto de nuestro libro, consideramos  todos los síntomas típicos de las mujeres como sus heridas. Conociendo sus arquetipos, puede hacer frente con antelación a los retos de su personalidad y prevenirlos, tanto mental como físicamente.

Muchas mujeres experimentan molestias físicas relacionadas con sus ciclos. ¿Cómo puede esta mujer reducir los problemas que acompañan a su menstruación?

Por encima de todo, aceptando su identidad como mujer con todas sus consecuencias, apreciándola y disfrutándola en toda su magnitud.

¿Tienen algún significado los abortos repetidos y la dificultad para el embarazo? ¿Cómo prevenirlos?

Son dos cosas diferentes. La mejor manera para prevenir abortos consiste en utilizar un buen, y sobre todo eficaz, método anticonceptivo. Mucho más complicado resulta el problema de la dificultad para el embarazo. Puede ser un problema de demasiadas hormonas, produciendo la infertilidad especialmente en los hombres. Otro problema puede ser el creciente estrés que experimentan ambos sexos.

¿Cómo prevenir las denominadas “molestias del bajo vientre”?: quistes, infecciones, inflamaciones de los ovarios, enfermedades de transmisión sexual…

Dado que las inflamaciones son el resultado de la lucha entre agentes agresores como las bacterias y el sistema inmunitario, la mejor manera de prevenirlas consiste en resolver todos los conflictos muy conscientemente, de forma que no necesiten manifestarse en su cuerpo. El cuerpo siempre acaba sufriendo lo que nos negamos a aceptar conscientemente.
“La enfermedad sólo se desarrolla cuando has perdido tu camino”

“El cáncer es fundamentalmente un aviso de que las afectadas han sido infieles a su propio desarrollo.” ¿Cómo puede asimilar esto una mujer que padece cáncer sin sentirse, además, culpable? ¿Cómo puede prevenirlo?

La mejor manera de prevención es seguir su camino, desarrollar su personal e individual forma de ser y vivir su vida. El tema de la culpabilidad es algo complicado. Para mí, la culpa es solo un concepto religioso. En medicina, prefiero la expresión “responsabilidad”. Es responsabilidad de cada persona desarrollar su habilidad para responder en cada situación. Y sobre todo, la enfermedad te ofrece la oportunidad de encontrar tu propia forma de vivir. La enfermedad sólo se desarrolla cuando la persona ha perdido su camino.

El Autor:



El Dr. Ruediger Dahlke estudió medicina para, posteriormente, ampliar su formación como naturista y psicoterapeuta. Un currículum que avala perfectamente su convencimiento de que la salud no puede dejar de englobar la entidad completa cuerpo/mente.
Fundador, junto a su esposa, la Dra. Margit Dahlke del centro de salud holística Johanniskirchen, donde trabaja como médico y terapeuta, organiza y dirige, además, seminarios sobre medicina interpretativa, y otros cursos de ayuno y meditación.
Su primer libro, “La enfermedad como camino” (1990) revolucionó el concepto sobre la enfermedad y nos ayudó a observar e interpretar los mensajes de nuestro cuerpo. Una investigación que siguió profundizando en toda una serie de bestsellers que le siguieron:  “La enfermedad como símbolo”, “Mandalas”, “El libro de la desintoxicación y la salud”, “¿De qué enferma el mundo?” y “El mensaje curativo del alma”.
Una de sus últimas obras, “El mensaje curativo del alma femenina”, ha sido escrito junto con su mujer, Margit Dahlke, y el ginecólogo Volker Zahn. Un excelente libro de consulta lleno de información médica, así como para una mejor comprensión de la interrelación cuerpo/mente/alma.

PARA RECORDAR…
Ruediger Dahlke nos enseña que “el estado de salud no se puede alcanzar del todo porque no es una meta inamovible, de la misma manera que nada que es auténtico permanece quieto, todo fluye. Sin embargo, todo flujo contiene un ritmo, y lo importante es que cada cual encuentre el suyo. Cada persona es diferente, por lo tanto no existen reglas generales para todo el mundo. Es importante escucharse, y ahí encontrarás las leyes de la vida y de la salud.”
Aporta esta tres reglas básicas para lograr la salud:
1. Encuentra tu verdadera esencia y deja que florezca
Pregúntate quién eres. Tu camino no tiene que ser el adecuado para los demás. Es mejor cometer los propios errores que vivir las virtudes de otras personas. Esas personas que hacen lo que se supone que se debe hacer o que viven los proyectos de otras (sus padres, su pareja, etc.) descuidan su propio camino y se alejan cada vez más de sí mismas, y no es extraño que empiecen a aparecer síntomas de malestar o, como se denomina comúnmente, “enfermedades”. Estas enfermedades obligan a dar marcha atrás, o incluso a volver a empezar, puesto que eso es lo que la enfermedad está intentando decirte. No existe salud real y completa cuando no se está viviendo la propia vida.
2. Sé consciente de tus miedos
Te impide liberarte y fluir con la corriente de la vida. El miedo exige continuamente reglas con las cuales poder atormentarte. Pero gracias a la ley de la polaridad (una de las dos leyes globales de la vida, junto con la ley de la atracción), el miedo lleva también implícita la solución. Puedes cambiar las tornas: encamínate hacia tu miedo y verás como te conduce a tu verdadera esencia. Casi siempre lo que más miedo te da es lo que te fascina y te maravilla -si decides encararlo-, lo que te supone un desafío. Si es así, eso es lo que tienes que seguir; pero cuidado, no dejes que se convierta en una rutina.
3. No sigas estando sujeto a normas o principios que ya no te aportan nada
Todas las cosas, y sus reglas, tienen su tiempo. Cuando las reglas empiezan a obstaculizar el fluir de la vida, y en lugar de fomentar el crecimiento lo que haces es ponerle trabas, entonces es el momento de darles las gracias y soltarlas, para evitar así la enfermedad y seguir manteniendo la verdadera salud.

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