La energía manifestada tiene la capacidad de transformarse. Una energía positiva que vibra a muy alta frecuencia posee la capacidad de negativizarse y de igual modo una energía discordante que vibra en una frecuencia más baja puede transmutarse y positivizarse. Para reconocer los diferentes estados en que se manifiesta la energía no deberíamos hacer mucho esfuerzo ya que nuestra intuición nos puede guiar…
¿De pronto nos sentimos, nerviosos, cansados, agobiados, irritados, molestos sin mediar causa aparente? Algo está sucediendo con nosotros o con el espacio, o en ambos.
Sumándose a las energías del lugar existen otras que provienen de la tierra, del cielo y de otras fuentes energéticas. Las energías de baja vibración pueden desencadenar desde simples malestares, tropiezos, discusiones, infortunios, roturas en serie, dormir mal, actitudes irracionales en los animales (especialmente en los gatos), malentendidos entre los integrantes del hogar, etc. Hasta pueden llegar a desatar iracundos odios, accidentes, enfermedades, etc.
Cuando hablamos de limpiar o sanar energías en un espacio se deben investigar con antelación varios aspectos:
¿Cómo estamos o están los integrantes de la familia interiormente?
¿Quién ha ingresado al hogar recientemente?
¿Qué eventos han sucedido en los últimos tiempos?
¿Qué objetos han ingresado últimamente en nuestra casa?
¿Ha habido algún cambio en el entorno de nuestro hábitat? (construcciones nuevas, remodelaciones, nuevos negocios, nuevos vecinos, colocación de antenas de alta frecuencia, etc.)
Algunas causas que pueden explicar las alteraciones en un lugar son:
Energía de las formas: Toda forma genera y encauza energías cosmotrónicas, telúricas y psicotrónicas. Las formas regulares generan energía positiva.
Saturación de electricidad: instalaciones y cableados mal realizados que generan nerviosismo e intranquilidad.
Fallas geológicas: liberan radiación gamma.
Los sótanos: generan ondas expansivas y energías frías que se expanden hacia arriba.
Radiación terrestre: Red Hartmann y Curry que generan problemas con su radiación.
Estatuas y formas: Adornos regalados o comprados que emiten energías de acuerdo a sus formas y a lo que representan.
Contagio energético: entre los integrantes de la familia.
Energías residuales: de gente que partió y de los objetos que les pertenecían.
Impregnación de paredes: adherencias de energía a través del tiempo en paredes, alfombras, objetos y muebles.
Aire ionizado: por tubos fluorescentes, tormentas, vientos, equipos electrónicos, etc.
Colores: Cada color emite una radiación particular y éstas pueden ser benéficas o perniciosas.
Luego de investigar lo anterior haremos mención a cuatro aspectos fundamentales para limpiar las energías en un espacio:
La depuración y transmutación de la energía negativa de la propia casa.
La disolución y transmutación de la energía discordante de todos los miembros de la casa.
La protección energética frente a personas y/o situaciones que ingresen al hogar y de corresponder, la transmutación de estas energías que pudieran estar afectando a sus ocupantes.
Un estudio radiestésico profundo de las posibles radiaciones naturales y artificiales que pueden estar perturbando, y de ser necesario la consulta con especialistas, sin descartar el uso de aparatos de última generación.
Cuando se habla de limpiar bajas vibraciones o alteraciones energéticas, nos estaremos enfrentando a causas invisibles sobre las cuales quizás, no sepamos descifrar sus orígenes ya que lo que estamos viendo, son sólo las consecuencias. Aunque no sepamos bien las causas, lo que sí sabemos es que trabajando en la transmutación de la energía, los síntomas y consecuencias irán disolviéndose. Puede también que sepamos identificar las causas y nuestro trabajo resultará más fácil de realizar.
¿Qué hacer luego de tener la certeza de que algo está pasando?
Si manejas radiestesia, usa varillas y péndulo para medir la negatividad y las radiaciones en la casa.
Ordena y limpia, y sobre todo ten mucho cuidado con los abarrotamientos en esquinas de la casa y lugares poco accesibles.
Tira las cosas inservibles y las que no se usan.
Mueve los muebles. Con esto movemos energía y le damos movimiento a nuestra existencia.
En lo posible pinta una vez al año para desimpregnar los ambientes y sacar adherencias, limpiando las paredes con amoníaco y agua antes de comenzar.
Según sea el caso y la creencia, puedes acudir a la oración y a los decretos positivos.
Realiza sahumerios de limpieza con hierbas como lavanda, mirra, benjuí, tomillo, sándalo, incienso, y muchas otras que sobre todo tienen un efecto antiséptico y desinfectante.
Abusa de la ventilación y de la luz solar.
Desbloquea las energías atascadas usando la música, el sonido de cuencos y carrillones, etc.
Realiza una limpieza de bloqueos e interferencias mediante el uso de técnicas como: Reiki, Terapia de Respuesta Espiritual, invocaciones de transmutación, etc., que mueven energías, las transmutan y disuelven.
Coloca elementos que absorban energía perniciosa como ciertas plantas, gemas para transmutación de energía, aceites aromáticos, emisores de ondas Schumann, simbología de protección, mantras, etc.
Sin duda, no todas las personas que habitan un lugar se contaminarán. Las personas que seguramente tendrán problemas serán aquellas que tengan bajas sus defensas (desarmonizadas, depresivas, angustiadas, etc.). Por esto, antes de encarar una limpieza profunda de nuestra casa, debemos investigar muy bien cómo estamos nosotros y nuestro entorno y encarar ambas cosas en forma simultánea.
Por Arq. Adriana Larco
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