6 maneras en que el sistema médico nos hace enfermar
antes del jardín de infante
Todos los padres desean darle
a sus hijos al mejor manera de empezar sus vidas, pero a veces parece que el
sistema médico actual está configurado para hacer justamente lo contrario.
De hecho, podríamos decir que en
6 aspectos clave, el sistema sanitario perjudica a nuestros hijos y daña sus
perspectivas para el futuro de su salud.
Estas son las 6 maneras en que el
sistema médico nos hace enfermar antes de llegar al jardín de infancia:
1. EL AUMENTO DE NACIMIENTOS
POR CESÁREA PONE A NUESTROS HIJOS EN RIESGO
Resulta asombroso descubrir la
elevada tasa de nacimientos por cesárea que se producen en la mayoría de los
hospitales occidentales. A veces, las cesáreas son médicamente necesarias, y
completamente justificables, pero este procedimiento invasivo y peligroso se
está saliendo de control.
Muchas mujeres no son conscientes
de ello, pero cuando un bebé nace por cesárea, se producen numerosos problemas
que causan posibles daños a largo plazo en el bebé.
En primer lugar, cuando un recién
nacido pasa a través del canal vaginal, está expuesto a miles de millones de
bacterias beneficiosas que se convierten en parte de su sistema inmune en
crecimiento. Los bebés nacidos por cesárea no están expuestos a esta estimulación
inmunológica bacteriana, lo que a la larga provoca que sean más propensos a
enfermarse.
El cráneo de un bebé también está
diseñado para variar de forma mientras se desplaza a lo largo del canal de
parto, y cuando no lo hace, muchas madres reportan la necesidad de terapia
cráneo-sacral para imitar el proceso natural de nacimiento del niño y para
corregir problemas de comportamiento y riesgos neurológicos provocados por un
nacimiento traumático.
2. LOS BEBÉS ALIMENTADOS CON
FÓRMULA ESTÁN EN MAYOR RIESGO DE EMPOBRECIMIENTO INMUNITARIO
Dado que los bebés no pueden
alimentarse directamente de comida orgánica, necesitan sustentarse de otra
forma y la madre naturaleza les ha proporcionado el alimento perfecto: la leche
materna.
Un estudio publicado en el
Canadian Medical Association Journal reveló que los bebés nacidos por cesárea y
que bebieron fórmula en lugar de leche materna eran más propensos a ser obesos
cuando eran mayores. También eran más propensos a enfermedad inflamatoria
intestinal, alergias, asma, e incluso cáncer.
“Nuestro estudio aborda una
importante brecha de conocimiento, ya que la microbiota intestinal infantil
rara vez se ha caracterizado con métodos de secuenciación que proporcionen la
suficiente cobertura de toda la comunidad bacteriana”, escribe la Dra.
Anita Kozyrskyj, de la Universidad de Alberta, junto con los coautores del
estudio. “Nuestros hallazgos son particularmente oportunos dada la
reciente afirmación que califica a la microbiota intestinal como un ‘super
órgano” con diversos papeles en el campo de la salud y de la enfermedad
humanas”
3. LOS BEBÉS ACTUALES ESTÁN
SOMETIDOS A 6 VECES MÁS VACUNAS QUE LOS DE HACE 40 AÑOS
La inmensa industria farmacéutica
multimillonaria, cree que nuestros hijos deben recibir 49 dosis de 14 vacunas
diferentes antes de que llegar a la edad de 6 años.
Con tan sólo dos meses de edad,
los bebés se supone que deben haber recibido las vacunas contra la difteria, el
tétanos, la tos ferina, la poliomielitis, HIB, la Hepatitis B, el Rotavirus y
PCV.
En pocas palabras, es una
vacunación excesiva y que se produce demasiado pronto.
4. NOS DAN ANTIBIÓTICOS EN
LUGAR DE PROBIÓTICOS
¿A cuántos niños se les da
amoxicilina u otros antibióticos cuando su médico podría ayudar a los padres a
evitar esa utilización excesiva de antibióticos que está provocando el ascenso
de las superbacterias y otras enfermedades resistentes a los medicamentos,
simplemente educándolos acerca de los probióticos?
La autora original de este
artículo, Christina Sarich, explica que ha estado suministrando a su bebé de
seis meses de edad, pequeñas dosis de probióticos en su leche materna desde que
tenía sólo unos pocos días. Sarich revela que cuando ella y su marido pillaron
una infección respiratoria recientemente, sufrieron las consecuencias durante
una semana; sin embargo, su propio bebé la superó en un día, y eso a pesar de
que su sistema inmunológico está todavía en su infancia, como él mismo.
Las mujeres embarazadas también
pueden aumentar su propia flora intestinal saludable asegurándose de consumir
probióticos para asegurar que disponen de las bacterias saludables suficientes
cuando llegue el momento de dar a luz.
5. LOS NIÑOS YA NO JUEGAN EN
EL EXTERIOR
Desde el primer momento en que un
niño pequeño es capaz de sentarse en una silla, lo primero que se le enseña es
a mirar a un monitor o a un teléfono celular. A esa edad podría estar corriendo
por el jardín o el campo, persiguiendo una pelota al aire libre, y sin embargo,
se le entrena para que juegue encadenado a un dispositivo electrónico.
Esto no sólo mantiene a nuestros
niños alejados de las infinitas maravillas del mundo al aire libre: el sol, el cielo,
las nubes, el viento que sopla entre los árboles, el contacto con las plantas y
con la tierra húmeda, aunque esté llena de lombrices.
Eso provoca que se pierdan los
enormes beneficios para la salud que proporciona el contacto con la naturaleza.
Las oficinas de los pediatras
disponen de televisores de pantallas grandes en lugar de libros o casas en los
árboles, y el establishment médico rara vez le aconseja a los padres que se
aseguren de que sus hijos pasan tiempo en espacios verdes.
6. HAY UN EXCESO DE LIMPIEZA Y
DESINFECCIÓN EN EL MUNDO ACTUAL
El mundo occidental actual está
absolutamente obsesionado con desinfectar las manos y con llenarlo todo de
ambientadores tóxicos, pero de acuerdo con un artículo del New York Times:
-El 18% de los adultos no se
lavan las manos después de usar el baño
-El 23% no se lavan las manos
antes de manipular alimentos
-El 25% no se lavan después de
cambiar un pañal
Entonces, ¿cómo puede ser que
cometiendo tantos errores sanitarios aún consigamos luchar contra las
enfermedades y no caigamos enfermos constantemente? Es sencillo. Gracias a
nuestro sistema inmunológico.
Cuando se le da la oportunidad de
hacer aquello para lo que ha sido diseñado, nuestro sistema inmunológico
protege contra los gérmenes y los virus de forma tremendamente efectiva.
Los médicos solo pasan aproximadamente el 1% de su tiempo en la escuela aprendiendo sobre la dieta y lo importante que es para nuestra salud en general.
Esto significa que esas personas
que creemos “que saben tanto”, en realidad son unos ignorantes acerca de cómo
mantener a un niño sano de forma natural, reforzando su sistema inmune a través
de algo tan básico y natural como es la dieta, el consumo de determinadas
plantas y hierbas, el descanso y el tiempo que debe pasar en contacto con la
naturaleza y el sol.
Sin embargo, esta gente que en
este aspecto está tan poco preparada, nos da lecciones sobre cómo debemos criar
a nuestros hijos.
Olvídate de desinfectarte
obsesivamente las manos; tu bebé, probablemente lamerá el suelo cuando te
descuides.
No hay nada de qué preocuparse si
hacemos todo lo posible para reforzar su inmunidad natural, siguiendo los 6
puntos de este artículo.
Entonces, esos gérmenes
desagradables que podrían dañarlo, no tendrán ninguna oportunidad de hacerlo.
Artículo escrito por CHRISTINA
SARICH en Natural Society.
Esperemos que nadie malinterprete
este artículo: nadie está reclamando que los bebés no sean limpiados y que se
les deje lamer el suelo sucio.
De todas maneras, pone de relieve
algo que cada vez se hace más obvio: después de cientos de miles de años de
evolución natural, hemos desarrollado un maravilloso sistema de defensa
natural: nuestro sistema inmunitario, capaz de protegernos de gran parte de las
amenazas cotidianas que nos rodean.
Sin embargo, el sistema médico en
general, ha creado una cultura que tiende a menospreciar nuestras propias
defensas, debilitándolas de forma anti-natural, para que nos veamos obligados a
recurrir a “ayuda externa” para protegernos de las enfermedades: la “ayuda” que
nos suministran los medicamentos, con el inmenso negocio que conllevan.
Primero debemos reforzar las
protecciones que nos da la naturaleza y después, en todo caso, recurrir a las
maravillosas protecciones que nos da la ciencia.
El error ha sido creer que la
ciencia debía sustituir directamente nuestras defensas naturales y los efectos
ya los estamos sufriendo: niños débiles que enferman con facilidad, aumento
indiscriminado de las alergias en niños y adultos y la terrorífica y en estos
momentos imparable, proliferación de las super bacterias.
Aunque quizás, estos son los
objetivos que alguna gente tenía desde el principio…
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