No es lo mismo novedad que innovación. Un medicamento puede ser nuevo en el mercado (antes no existía) pero puede que no suponga ninguna innovación, que no aporte nada nuevo con relevancia clínica a las personas que lo tomen con respecto a otros fármacos que ya existían. Es lo que ocurre con la absoluta mayoría de los tratamientos que nos presentan como “novedad”; una impostura científica.
Innovación en terapéutica es un término que alude a mejora significativa en la utilidad terapéutica con respecto a lo disponible, de modo que puede haber novedades no innovadoras y novedades innovadoras. Además, las novedades pueden tener efectos adversos graves que no se detectan con los ensayos clínicos en los que se basa la autorización de la comercialización.
El grupo de profesionales sanitarios y científicos de Evalmed (Evaluación de medicamentos del Servicio Extremeño de Salud) ha realizado un resumen de lo sucedido en una serie de 20 años en Europa y en Canadá con la auténtica relevancia clínica de los medicamentos, que es lo que verdaderamente nos debería importar; si el fármaco que nos recetan nos va a aportar algo y cuales son los riesgos que habríamos de asumir.
Os adelanto la conclusión. El mantra de la industria farmacéutica “que no se impida el acceso de los medicamentos innovadores para que se beneficien los pacientes” es una verdad a medias. Si se quiere contar toda la verdad a dicho mensaje habría que añadir:
1) que la innovación importante se sitúa sólo en uno de cada cuatro fármacos autorizados
2) que uno de cada cuatro fármacos en todos los niveles de innovación reciben una o más advertencias por efectos adversos graves
3) que en Europa se retiran del mercado por motivos de seguridad un 5,5% de los medicamentos (4,2% de los fármacos autorizados en Canadá).
Es decir, existe un fraude científico encubierto con la venta de medicamentos pues en rigor, si se aprobasen por su innovación terapéutica, sólo habría en el mercado uno de cada cuatro fármacos de los ahora existentes. Muchos de los medicamentos que causan graves daños no son más útiles que otros ya existentes y más seguros.
El marketing de la innovación, de la I+D (Investigación más Desarrollo) es FUNDAMENTAL para la industria del medicamento pues alega de manera regular que un medicamento “nuevo” es muy caro de producir para que las administraciones se lo compren caro.
Lo que estas han de exigir a la industria es que demuestre que además de que el efecto del fármaco es estadísticamente significativo es clínicamente relevante pues que en un ensayo clínico se demuestre que una píldora produce un efecto NO quiere decir que sea una innovación real con visos de mejorar la salud de la población.
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