Infecciones virales, neoplasias, enfermedades cardiovasculares… Sin duda que los avances de la ciencia y la tecnología han contribuido mucho en el diagnóstico de muchísimas enfermedades. Sin embargo, aún así hay algunas enfermedades que es difícil de diagnosticar:
Infecciones
Según una encuestan que se publicó en la revista Pediatrics, el 50% de los pacientes mal diagnosticados son casos de infecciones bacterianas y la causa del mal diagnóstico reside en las pruebas médicas. La mayoría de las bacterias son útiles u solamente el 1% de las bacterias enferma. Las infecciones virales son difíciles de tratar porque los virus viven dentro de las células del cuerpo y están protegidas de medicamentos. Pueden ser las causantes desde un simple resfriado hasta fiebres hemorrágicas VIH – SIDA.
Neoplasias
Se trata del crecimiento anormal de tejido, más comúnmente llamado cáncer. Muchos tumores son benignos y con cada vez mejores medicamentos y detección temprana, ya no es necesariamente sinónimo de muerte. Pero aún su diagnóstico sigue siendo muy difícil. Un 12% de todos los tipos de cáncer son desde un comienzo mal diagnosticados y el que encabeza la lista es el melanoma. Constituye el tipo más peligroso de cáncer de piel y la causa principal de muerte por este tipo de afección.
Infartos al miocardio
Los ataques cardíacos son otra de las enfermedades peor diagnosticadas y el tiempo es el mayor obstáculo en estos casos. Por ello la prevención puede ser la mejor opción: Mantener los niveles de colesterol malo (LDL) bajos y la presión arterial en niveles normales. También abandonar el cigarrillo e incorporar a la dieta el consumo de hortalizas, frutas y verduras. Los antecedentes familiares de infarto juegan un rol importante y deben también ser considerados.
Se trata de la obstrucción de una arteria en los pulmones por coágulos de sangre, grasa, células tumorales, etc. El factor de riesgo más significativo es la formación de un coágulo de sangre tras una intervención quirúrgica. Según el Departamento de Salud y Recursos Humanos de Estados Unidos, las tromboembolismos venosos (embolia pulmonar y trombosis venosa profunda) son la causa principal de muerte en los hospitales.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) la principal causa de muerte en Estados Unidos. Uno de los principales problemas para el diagnóstico, es que los pacientes no logran comunicar con éxito sus síntomas.
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