La macadamia (Macadamia ternifolia) es un árbol originario del este de Australia y su cultivo comenzó con los colonos ingleses a fines del siglo pasado. Posteriormente se introdujo en Hawaii donde tuvo su mayor desarrollo. Hoy en día es en Hawaii y Costa Rica dónde más abunda este árbol y ocupan el primer lugar en producción a nivel mundial.
La cosecha de la nuez de macadamia se realiza recolectando la fruta que cae al suelo al mover el árbol aproximadamente cada dos semanas.
El proceso pasa por descascarillarla y después secarla con mucho cuidado hasta que quede con una humead de un 3,5%. El producto final es la nuez tostada y envasada al vacío.
El árbol de macadamia comienza a producir frutos en su sexto año de vida y da fruto durante 50 años.
¿Qué es el aceite virgen de macadamia?
El aceite virgen de macadamia se obtiene del prensado en frío del fruto crudo de la nuez de macadamia. Posee coloración amarilla clara (casi transparente) con sabor suave y agradable. El aceite de macadamia es el único aceite vegetal que contiene gran cantidad de ácido palmitoléico (O.P.A.), un ácido graso monoinsaturado responsable del metabolismo de los lípidos. La composición del aceite de macadamia es especialmente rica en ácidos oleicos, linoleico, vitamina E y esteroles (Avenasterol) que le otorgan propiedades muy suavizantes y calmantes.
El aceite de macadamia es un aceite extremadamente fino, fluido y ligero. Un aceite ideal para uso cosmético, porque aporta los elementos nutritivos necesarios para conservar la piel luminosa y sana. Es un producto fino que penetra en la piel con facilidad dándole brillo, suavidad y una textura sedosa. Devuelve elasticidad, turgencia y tonicidad a la piel desvitalizada, por lo que su uso, mezclado con aceite de sésamo o ajonjolí, se convierte en un bálsamo valiosísimo en el cuidado de la piel fláccida. Ambos aceites se complementan para conseguir la elasticidad de los tejidos.
Otra de las virtudes del aceite de macadamia, es que resulta excelente como vehículo natural para los aceites esenciales puros.
El aceite de macadamia no es comedogénico. Es un aceite liviano que ayuda a retener y mejorar la humedad de la piel sin tapar los poros, protegeaceite de macadamia contra las agresiones del sol, y su acción antienvejecimiento permite luchar contra la oxidación de las células
Aceite de macadamia en la cocina
El aceite de macadamia también se utiliza como aceite culinario. Añade sabor y aporta nutrientes básicos a los platos (sobre todo a ensaladas, debido a las altas cantidades de grasas monoinsaturadas que contiene. Por lo tanto, el aceite de macadamia es realmente un aceite versátil, con muchas ventajas.
Aceite de macadamia en el cabello
Las nueces macadamia contienen ácidos grasos omega-7 monoinsaturado (una grasa llamada ácido palmitoleico, o ácido delta-9-cis-hexadecénico) que está muy presente en el sebo producido por los folículos pilosos humanos y por lo tanto e un ácido graso biodisponible. A medida que envejecemos, los niveles de lípidos naturales empiezan a dejar de producirse y dado que el ácido palmitoleico en el aceite de nuez de macadamia tiene semejanza con el sebo propio del cuero cabelludo, éste se absorbe rápidamente. Una vez absorbido, rellena los folículos del pelo con el contenido de ácido palmitoleico que le hace falta, por lo que rejuvenece el cabello sin taponar el poro.
El aceite de macadamia ofrece también una sinergia con el sebo capilar, aumentando la resistencia de la hebra de cabello desde la raíz. Es capaz de hidratar y fortalecer el cabello áspero, seco, encrespado y lacio, es decir, cabellos con frizz.
Aceite de macadamia – Beneficios
- Hidratante y suavizante natural. Hidrata profundamente la piel
- Mascarilla ideal para regenerar las puntas abiertas del cabello y para controlar el ‘maldito’ frizz
- Previene la aparición de arrugas y ayuda a controlar las manchas ocasionadas por la exposición solar y por la edad en manos y rostro.
- Es un gran antioxidante, cualidad que ayuda a luchar contra el envejecimiento. Se recomienda mucho para las pieles maduras
- Es un cicatrizante muy efectivo
- Protege la piel ayudando a evitar que aparezcan las temidas estrías
- Este aceite vegetal es asimilado por la piel sin obstruir los poros, de modo que todos los tipos de piel pueden usarlo sin ningún temor
- Aconsejable usarlo después de la depilación por su efecto calmante
- Muy útil en el tratamiento de quemaduras solares y producidas por el fuego
- Combinado con el aceite de sésamo es ideal para cuidar la piel flácida devolviéndole elasticidad y turgencia.
- Ideal para usarlo junto a aceites esenciales puros como aceite para masajes.
- Las personas de piel seca encuentran que el aceite de macadamia logra devolverles esa humedad que tanto les hace falta para sentirse a gusto con su cutis
- Puede usarse para cuidar la piel de los bebés previniendo la aparición de rozaduras.
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