Aunque el estómago es responsable de digerir y procesar las grasas, es la vesícula biliar y el hígado los órganos principales en ésta función. Debemos tener en mente que el trabajo principal de la bilis (producida por el hígado y almacenado en la vesícula biliar) es ayudar las enzimas lipasa para digerir las grasas, y si el hígado o la vesícula biliar no están funcionando de manera eficiente, las grasas y las toxinas no se desintegran apropiadamente, conduciéndonos a ganar peso.
El papel de la vesícula biliar
La vesícula biliar apoya el hígado de muchas maneras. La función principal de la vesícula es almacenar y secretar la bilis cuando sea necesario, por ejemplo, cuando comemos alimentos grasos. Esto significa que si comes comidas ricas en grasas, corres el riesgo de aumentar la posibilidad de problemas con la vesícula biliar. Además, existen algunas sustancias que pueden afectar el funcionamiento del hígado y la vesícula biliar, algunas conocidas, incluyen, la comida chatarra, el alcohol, la nicotina, la cafeína, muchos medicamentos, alimentos grasosos como los embutidos, o los fritos, entre otros. Por lo tanto se puede mantener una vesícula e hígado sanos, evitando éste tipo de sustancias que suelen irritar al hígado.
Si la vesícula ha sido extirpada, es muy recomendable incluir alimentos como frutas y vegetales que son ricos en enzimas y que ayudan a la digestión. Además, la lecitina puede ser un buen suplemento, para quienes se les ha retirado la vesícula.
El papel del hígado en la pérdida de peso
Debido a que el hígado es el órgano interno más grande del cuerpo (y el órgano principal para quemar grasa) cuando ingieres los alimentos equivocados, el hígado va a generar más grasa y a almacenarla en exceso. Si por el contrario, antes de iniciar una dieta, “limpias” tu hígado, y comienzas a ingerir los alimentos adecuados, tendrás más posibilidades de éxito. Como la función hepática mejora, también lo hace la energía. Con más energía, mejora la condición física, ya que se puede hacer más ejercicio y mejorar el tono muscular.
Obesidad un signo de intoxicación
Los metales pesados, bacterias, pesticidas y la exposición tóxica durante varios años influyen directamente en la forma que todo nuestro cuerpo funciona. Si estamos “llenos de toxinas” nuestro metabolismo simplemente no trabajará apropiadamente y dificultará la pérdida de peso.
A pesar de que cada uno de nosotros puede contrarrestar la “carga tóxica” de forma individual, una buena manera de darnos cuenta que nos hace falta desintoxicarnos, es encontrarnos con que no podemos perder peso, a pesar de estar haciendo el mejor esfuerzo (dieta y ejercicio).
Las toxinas se crean cuando haces trabajar horas extra a tu hígado tratando de digerir el exceso de azúcar, grasas, productos lácteos, sal, alcohol, conservantes, hormonas, fertilizantes y pesticidas, o por estar en constante exposición al aire acondicionado, la contaminación y los estilos de vida estresantes. Si a todo esto le sumamos que para lidiar con el estrés, que se manifiesta en dolores de cabeza, musculares, enfermedades digestivas, consumes analgésicos y antibióticos, con el tiempo, nuestro sistema inmunológico se debilita, y se abre la puerta a una enfermedad degenerativa crónica y más aumento de peso. Estos “toxinas” que son esencialmente “venenos” deben ser liberados si quieres evitar estas consecuencias.
Las toxinas que se almacenan en el tejido del hígado y la grasa se deben a una dieta de alimentos muy procesados, además de los productos químicos tóxicos, fertilizantes, hormonas y conservantes que suelen hacer durar un alimento incluso años. A menudo estas toxinas interfieren con los esfuerzos convencionales para perder peso, hasta que se eliminan.
Dietas desintoxicantes
Son una buena alternativa para eliminar las toxinas de nuestro cuerpo, estas dietas, están generalmente basadas en el consumo exclusivo de alguna fruta, durante un par de días, pero es importante que realicemos éste tipo de dietas bajo la supervisión de un profesional, puesto que pueden existir patologías que contraindiquen éste tipo de dietas.
Lo que te puedo recomendar, es consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales, y evitar el uso de alimentos procesados en tu dieta. Los azúcares y harinas refinadas, deben ser incluidos con moderación o no consumir. El aceite más recomendable, es el aceite de oliva, y siempre hay que utilizarlo en poca cantidad, evita los fritos. Si puedes consumir alimentos orgánicos, es aún mejor, para mantener un hígado sano.
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