En los intestinos humanos se pueden llegar a alojar una gran cantidad de bacterias y hongos inofensivos y hasta útiles, aunque también son un excelente medio para que otros microorganismos, como los parásitos, se alojen.
Hay varios tipos de parásitos intestinales y los hay de muchos tamaños y tipos. Suelen causar síntomas generales como diarrea, mala absorción de nutrientes y pérdida de peso, gases, comezón en el ano, distención abdominal, úlceras y en casos agudos vómitos e incluso la muerte, como en el caso de las personas infectadas por tenia alojada en el cerebro o médula.
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