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La Esclerosis Múltiple


La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune, que afecta al sistema nervioso central, cerebro, médula espinal y tronco del encéfalo. Si bien puede desarrollarse a cualquier edad, es más común en los adultos jóvenes de entre 20 y 40 años. En Europa, es la enfermedad crónica más habitual en este grupo poblacional y la segunda causa de discapacidad luego de los accidentes de tránsito.

Causas
La enfermedad se desarrolla a causa del daño en la cubierta que protege y rodea a las neuronas (la vaina de mielina), como consecuencia de lo cual los impulsos nerviosos se reducen o directamente se interrumpen.

Este daño se produce por la inflamación que se da como resultado del ataque que hacen las células del propio organismo al sistema nervioso. Las causas desencadenantes de la inflamación se desconocen y se cree que son multifactoriales. Sin embargo, se manejan algunas teorías que la atribuyen a:

·         Factores genéticos: algún defecto genético
·         Un virus
·         Factores ambientales

Factores de riesgo
Edad: los adultos jóvenes de entre 20 y 40 años son el grupo poblacional de mayor riesgo
Sexo: las mujeres tienen el doble de posibilidades de desarrollar la enfermedad
Raza: los blancos son dos veces más propensos que otras razas a desarrollar la enfermedad
Antecedentes familiares: los familiares directos de un enfermo con esclerosis múltiple, tienen más posibilidades que el resto de la población de desarrollar la enfermedad
Factores ambientales: hay una prevalencia mayor en los climas templados

Síntomas
Dado que los nervios que pueden resultar dañados son los de cualquier zona de la médula espinal o del cerebro, los síntomas pueden presentarse en diversas partes del cuerpo.

·         Manifestaciones digestivas, intestinales y urinarias
·         Estreñimiento e incontinencia fecal
·         Problemas para orinar
·         Necesidad urgente e imperiosa de orinar
·         Frecuentes ganas de orinar
·         Incontinencia urinaria
·         Manifestaciones musculares
·         Dificultades para andar
·         Falta de equilibrio
·         Problemas de coordinación
·         Parálisis, entumecimiento
·         Espasmos musculares dolorosos
·         Sensación de comezón, cosquilleo o ardor en piernas y brazos
·         Dificultad para mover brazos y piernas
·         Debilidad en brazos o piernas
·         Temblores en brazos o piernas
·         Manifestaciones en el lenguaje y al deglutir
·         Dificultades en la articulación del lenguaje
·         Dificultades para masticar y tragar
·         Manifestaciones en la visión
·         Visión borrosa o doble
·         Pérdida de la visión (generalmente en un ojo)
·         Molestias oculares
·         Movimientos vertiginosos e incontrolables de los ojos
·         Manifestaciones sexuales
·         Problemas de sequedad vaginal (falta de lubricación)
·         Problemas de erección
·         Manifestaciones cerebrales, neurológicas y físicas
·         Depresión, tristeza
·         Dificultades de razonamiento y resolución de conflictos
·         Reducción del período de atención, de la capacidad de discernimiento y de la memoria
·         Hipoacusia
·         Mareos, vértigo, pérdida de equilibrio
·         Fatiga: Es el síntoma más habitual e incomodo a medida que avanza la enfermedad y es habitualmente peor al atardecer
·         Dolor facial

Tipos de esclerosis múltiple

Esclerosis múltiple de recaída-remisión: es el tipo de esclerosis múltiple más común, se presenta con ataques seriados seguidos de la desaparición total o parcial de los síntomas (remisión), que ulteriormente se reiteran y alternan con períodos de mejora.

Esclerosis múltiple secundariamente-progresiva: empieza igual que la de recaída–remisión, pero va empeorando gradualmente, sin períodos de mejora y con la presencia de muchos síntomas neurológicos
Esclerosis múltiple primaria-progresiva: en esta forma de la enfermedad, los ataques progresan de manera lenta sin grandes mejoras, y con el paso del tiempo los síntomas se vuelven más habituales y severos.

Diagnóstico
Como los síntomas de la enfermedad son similares a los de otros trastornos neurológicos, el diagnóstico se realiza descartando otras enfermedades.

El médico puede tener la sospecha de esclerosis múltiple si hay una reducción en el funcionamiento de dos partes distintas del sistema nervioso.

Un examen neurológico, puede advertir sobre la reducción de la función nerviosa en una o varias áreas corporales. Como ser:
Alteraciones o disminución de la sensibilidad
Pérdida de otras funciones neurológicas
Anormalidad de los reflejos nerviosos
Reducción de la capacidad para mover alguna parte del cuerpo

Un examen ocular puede advertir sobre:
Reducción de la agudeza visual
Movimientos oculares rápidos
Anormalidad en las respuestas de las pupilas
Problemas en las partes interiores del ojo
Modificaciones en los campos visuales o los movimientos oculares

Los exámenes para diagnosticar la enfermedad pueden incluir:
Resonancia magnética
Punción lumbar
Estudio de la función neurológica

Tratamiento
Actualmente no hay un tratamiento específico para curar esta enfermedad, y a lo que se apunta es a disminuir y aliviar los síntomas y rehabilitar al enfermo.

Los ataques o las recaídas son tratados con corticoides que al tener propiedades antiinflamatorias reducen la gravedad y subsistencia de los mismos. La medicación que se utiliza para disminuir la evolución de la enfermedad son los inmunomoduladores, entre ellos: Los interferones, fingolimod, el metotrexato, la azatioprina, la inmunoglobulina intravenosa y la ciclofosfamida, que deben ser indicados y controlados por neurólogo, debido a sus posibles efectos secundarios.

El tratamiento específico de cada síntoma, es fundamental para mejorar la calidad de vida del enfermo, en tanto la rehabilitación está enfocada a preservar las funciones indispensables para la vida cotidiana y prevenir potenciales y futuras incapacidades.

Los medicamentos utilizados para controlar los síntomas incluyen:
Fármacos para disminuir los espasmos musculares
Fármacos colinérgicos para disminuir los problemas urinarios
Fármacos para la fatiga (Amantadina)
Antidepresivos

Otros tratamientos que pueden ayudar en la esclerosis múltiple son:
Fisioterapia, ejercicios dirigidos cuando comienza la enfermedad
Dispositivos especiales como ser silla de ruedas, andadores, etc.
Evitar el estrés, el cansancio y las altas temperaturas
Una vida saludable, alimentación balanceada, buen descanso

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